Este sábado 16 de diciembre a
las 20, cierra con éxito la temporada 2017 con la última función de “Las Tres
Hermanas” de Antón Chejov y con la dirección de Manuela Serrano Bruzzo, en el
Teatro del Artefacto (Sarandí 760) Capital Federal. La obra es para adultos y
tiene una duración de 120 minutos. Las entradas generales están $200,
Estudiantes y jubilados $100 y la Promo de 2 x $300. Las mismas pueden
reservarse por alternativa teatral, al teléfono: 4308-3353 o adquirirse en la boletería de la sala. Más información:
http://www.alternativateatral.com/obra54332-las-tr3s-h3rmanas
o en la página: https://www.facebook.com/treshermanaschejov/
Síntesis: La obra transcurre en el año 1900 en una casa rural
de Rusia. Las tres hermanas Olga, Masha e Irina, viven junto a su hermano
Andréi. Habiendo pasado ya un año de la muerte de su padre, dan por terminado
el periodo de duelo, y esperan ansiosas la llegada de un nuevo porvenir, en
Moscú, de donde vinieron ya hace 11 años.
Olga la mayor de las hermanas es profesora en el Liceo de señoritas del pueblo, cansada ya de la rutina y con la falta de un marido, no ve la hora de emprender el viaje hacia Moscú. Masha, la hermana del medio está casada con un profesor del Liceo, pero no es feliz al lado de él. Mientras que Irina, la menor de las hermanas ansia poder trabajar y casarse en Moscú. En la aldea se acaba de instalar un nuevo regimiento y su presencia anima ligeramente la triste existencia de las hermanas, Masha e Irina son objeto de las pretensiones amorosas de algunos de los soldados. Junto a las hermanas también vive el doctor Chebutykin, un amigo del difunto padre de las hermanas y enamorado de la madre de ellas.
Vershinin, el nuevo teniente de la batería aparece como un hombre casado, con dos niñas, pero sumamente infeliz con su situación, es por esto que a lo largo de la obra se lo ve siempre pensado en el futuro de la humanidad y es el soldado que entabla una relación con Masha. Irina cuenta con dos pretendientes sumamente distintos el uno del otro, uno es Soloni, un hombre que en sociedad se muestra distante, tímido y bastante desagradable, pero que en el fondo es un ser sensible y con mucho amor por ella. El segundo pretendiente es el Barón Tusenbach, un hombre que al igual que Irina ansia trabajar y dejar su carrera de militar, es bueno y simpático, pero no es buen mozo como otros.
La obra transcurre en un período de varios años donde se entablan varias relaciones, para terminar en el último acto con la partida de los militares, la muerte de uno de los personajes y la vuelta a la antigua realidad de las hermanas, quiénes nuevamente vuelven a estar solas y sin un futuro diferente al que estaban viviendo anteriormente.
Olga la mayor de las hermanas es profesora en el Liceo de señoritas del pueblo, cansada ya de la rutina y con la falta de un marido, no ve la hora de emprender el viaje hacia Moscú. Masha, la hermana del medio está casada con un profesor del Liceo, pero no es feliz al lado de él. Mientras que Irina, la menor de las hermanas ansia poder trabajar y casarse en Moscú. En la aldea se acaba de instalar un nuevo regimiento y su presencia anima ligeramente la triste existencia de las hermanas, Masha e Irina son objeto de las pretensiones amorosas de algunos de los soldados. Junto a las hermanas también vive el doctor Chebutykin, un amigo del difunto padre de las hermanas y enamorado de la madre de ellas.
Vershinin, el nuevo teniente de la batería aparece como un hombre casado, con dos niñas, pero sumamente infeliz con su situación, es por esto que a lo largo de la obra se lo ve siempre pensado en el futuro de la humanidad y es el soldado que entabla una relación con Masha. Irina cuenta con dos pretendientes sumamente distintos el uno del otro, uno es Soloni, un hombre que en sociedad se muestra distante, tímido y bastante desagradable, pero que en el fondo es un ser sensible y con mucho amor por ella. El segundo pretendiente es el Barón Tusenbach, un hombre que al igual que Irina ansia trabajar y dejar su carrera de militar, es bueno y simpático, pero no es buen mozo como otros.
La obra transcurre en un período de varios años donde se entablan varias relaciones, para terminar en el último acto con la partida de los militares, la muerte de uno de los personajes y la vuelta a la antigua realidad de las hermanas, quiénes nuevamente vuelven a estar solas y sin un futuro diferente al que estaban viviendo anteriormente.
El elenco está compuesto por los actores: Lourdes
Cerdán, Miguel Ángel Atilio Farina, Alejandra Figueras, Damián Frusciante, José
María Gómez Samela, Nicolás Gonzalez, Higinia Guidoni, Martín Padín, Vanesa
Spera, Hernando Tuco Turlione, Juieta Umay Elías .Autor: Antón Chejov. Cantante: Dalila Real. Músicos: Giuliana Di Pietro. Voz en Off: Dalila Real. Diseño de
Vestuario: Alicia Guma. Diseño de Luces: Agustín Coronel. Realización
de Vestuario: Julieta Iribe y Sandra Ligabue. Música original: Giuliana Di Pietro y
Juan Rivero. Fotografía: Marieta Vázquez. Asesoramiento
Escenográfico: Víctor De Pilla. Dirección: Manuela
Serrano Bruzzo.
Dijo Raúl
Serrano de la obra:
"Una versión de “Las tres hermanas”. Yo aprendí en Chejov que lo importante era lo que no se
decía. Esa fue mi lectura en una época de prácticas revolucionarias. Hoy, mi
hija, Manuela Serrano Bruzzo, nos ofrece en el Teatro del Artefacto una versión
de “Las tres hermanas” en las que parece sostener: “todo lo que se dice no
tiene sentido”. A primera vista parece una idea idéntica a la anterior. Pero
no. Es original. La proclama alguien que no le cree nada a nadie. ¿Se dan ustedes cuenta qué mundo les dejamos a los jóvenes?
En la primera escena de esta nueva versión, aparecen las tres hermanas envueltas en una nube tóxica y escondiendo sus rostros en máscaras antigás. La atmósfera es irrespirable. ¿Cuál atmósfera? ¿Están acaso hablando de lo que ocurre a pocas cuadras, en el Congreso Nacional? ¿O se refieren a la irrespirable visita formal, al filosofar sin sentido, o a la vida de la esperanza desesperanzada?
Luego, en el espectáculo, siguen los desencuentros, las búsquedas inútiles de quienes están ante nuestra vista pero no los vemos, las borracheras y los duelos. Y las partidas. ¿Cuál es el sentido de este caos tan realista al que asistimos?
En mi época nos aferrábamos a creer en las palabras sobre el futuro de Vershinin o de Tuzenbach o de Irina. Hoy las sabemos devaneos poéticos.
Es el fracaso el que parece tener razón. Y sin embargo…
La puesta abigarrada, con roperos que son trampas, y apartes en medio de la gente, sigue. Uno se pregunta: ¿cómo pudieron cerca de veinte personas trabajar más de un año para mostrar esta pieza teatral? ¿Quién les pagó algo, qué recompensa monetaria tuvieron?
Parece ser ése el rol actual del arte: devolver al hombre su capacidad humana sin medirla en pesos. El arte nos muestra lo que podemos cuando soñamos y, al mismo tiempo, abrimos los ojos.
Estoy orgulloso de lo que vi, de esos jóvenes que no buscan solamente la belleza formal, como tantos, sino que piensan, esta vez bellamente en lo que pasa, en , o que les pasó a ellos. Aunque lo pensado suene a triste. Por algún lado comienza el cambio. Hasta la tristeza puede jugar el rol de detonante."
En la primera escena de esta nueva versión, aparecen las tres hermanas envueltas en una nube tóxica y escondiendo sus rostros en máscaras antigás. La atmósfera es irrespirable. ¿Cuál atmósfera? ¿Están acaso hablando de lo que ocurre a pocas cuadras, en el Congreso Nacional? ¿O se refieren a la irrespirable visita formal, al filosofar sin sentido, o a la vida de la esperanza desesperanzada?
Luego, en el espectáculo, siguen los desencuentros, las búsquedas inútiles de quienes están ante nuestra vista pero no los vemos, las borracheras y los duelos. Y las partidas. ¿Cuál es el sentido de este caos tan realista al que asistimos?
En mi época nos aferrábamos a creer en las palabras sobre el futuro de Vershinin o de Tuzenbach o de Irina. Hoy las sabemos devaneos poéticos.
Es el fracaso el que parece tener razón. Y sin embargo…
La puesta abigarrada, con roperos que son trampas, y apartes en medio de la gente, sigue. Uno se pregunta: ¿cómo pudieron cerca de veinte personas trabajar más de un año para mostrar esta pieza teatral? ¿Quién les pagó algo, qué recompensa monetaria tuvieron?
Parece ser ése el rol actual del arte: devolver al hombre su capacidad humana sin medirla en pesos. El arte nos muestra lo que podemos cuando soñamos y, al mismo tiempo, abrimos los ojos.
Estoy orgulloso de lo que vi, de esos jóvenes que no buscan solamente la belleza formal, como tantos, sino que piensan, esta vez bellamente en lo que pasa, en , o que les pasó a ellos. Aunque lo pensado suene a triste. Por algún lado comienza el cambio. Hasta la tristeza puede jugar el rol de detonante."
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