Comentarios:

Archivos:

Este domingo 22 de abril a las 21 el grupo de teatro Ambaí repone la obra “El Grito del Silencio” en la Sala de la Biblioteca Mariño (Santa Fe 847) de la ciudad de Corrientes. De esta manera el grupo inicia su temporada 2012. La obra esta destinada a mayores de 16 años. Las entradas generales están $30 y $25 (para estudiantes y jubilados), si se requiere entradas anticipadas con descuentos pueden reservarse escribiendo al correo: grupoambai@hotmail.com . Las entradas se retiran en la sala los días jueves, viernes y el día de la función de 19 a 21.
Síntesis: El Grito del Silencio, es una propuesta que nos lleva a escenarios oníricos donde el espectador se enfrenta, a través de la poética del absurdo que transita la obra, con las miserias del ser humano, sus sueños, frustraciones, los valores impuestos por la familia y la sociedad, en un lugar poco común, su propio interior.
El elenco esta compuesto por los actores: Fernando Martínez y José María Gómez Samela. La Dirección es de: José María Gómez Samela. Puesta en Escena: Grupo Ambaí. Técnica de iluminación: Montse Zanini. Técnico de sonido y edición: Danilo Zuliani. Música original: “Moro” García Pérez. Voces en off: Karina Plotkin y José María Gómez Samela. Vestuario: Mariana Acevedo, Silvina Maidana y Flavia Trangoni. Maquillaje: Ricardo Moriena. Diseño Gráfico y Fotografía: Pablo Gómez Samela, Santiago Repetto y Belén Cáceres Forastier. Producción General: Alberto Reyes Frugoni, Montse Zanini, Gustavo Ojeda, Guillermo Sack Ceppi y Berenice Rodríguez.
La obra se estrenó el año pasado en el Teatro Vera y mantuvo funciones en giras durante la temporada 2011, con gran concurrencia y repercusión de público. El texto original de la obra había sido escrito por Fernando Martínez cuando en el 2001 regresó a su ciudad natal, Esquina, luego de estudiar y vivir por años en Buenos Aires.
Hoy no es la misma versión original, porque "El grito del silencio", diez años después, demandó un año de trabajo por parte del grupo Ambaí para ser finalmente puesta en escena en Corrientes y otras ciudades, retomando esta ciclo 2012, dónde continuarán las presentaciones y giras.
"El grito del silencio" es un mix de estilos, en su creación se trabajó primero con máscaras, luego con objetos, luego en la línea del teatro del absurdo, la tragedia griega, el teatro psicológico existencialista, inclusive se sumó una estética cinematográfica, un mensaje ideológico. Con todo esto se creó un gran mix que no hay dudas que movilizará los sentidos del público.
Si a ello se suma todo el trabajo de producción con un equipo inmenso de gente, con una música que fue especialmente compuesta para la obra por Moro García, al igual que el vestuario que es original y diseñado por integrantes de la carrera de diseño de indumentaria, "El grito del silencio", es una propuesta teatral de calidad.
Teatro del absurdo
El Teatro del absurdo, se caracteriza por tramas que carecen de significado, diálogos repetitivos y falta de secuencia dramática que a menudo crean una atmósfera onírica. El teatro del absurdo tiene fuertes rasgos existencialistas y cuestiona la sociedad y al hombre. Lo hace a través del humor y la incoherencia, el disparate y lo ilógico, que son rasgos muy representativos de estas obras.
El Grupo de Teatro Ambaí, en mayo próximo estará cumpliendo 13 años de vida y esta conformado por artistas que representan a la provincia en diversos certámenes, eventos, festivales, atravesando las fronteras del teatro y llegando incluso a la televisión y el cine; como así también en trabajos de compromiso social, formación y educación. Para más Información visitar: http://grupoambai.blogspot.com/ .
El nombre del grupo, fue elegido por los integrantes, porque Ambaí es un milenario árbol de la cultura guaraní que simboliza la amistad entre los pueblos.


| |

Biografía: Jerzy Grotowski

domingo, 25 de marzo de 2012 2 comentarios

Grotowski nació el 11 de agosto de 1933 en Rzeszów-Polonia y falleció 14 de enero de 1999 en Pontedera-Italia. Fue un director de teatro polaco y una destacada figura en el teatro vanguardista del siglo XX. Lo más notable de su trabajo posiblemente sea el desarrollo del llamado teatro pobre, que involucra la técnica avanzada del trabajo psicofísico del pionero Konstantín Stanislavski.
Cursó estudios en Cracovia y Moscú, tras lo que inició su carrera de director y teórico teatral fundando una compañía propia, el Teatro de las 13 filas, que dirigió entre 1959 y 1964. En 1965 se trasladó a Wroclaw y cambió el nombre por el de Teatro Laboratorio. Triunfó con sus adaptaciones libres de los clásicos como El príncipe constante de Calderón de la Barca, donde Ryszard Cieślak encarna su concepción de actor santo.
En 1976 el Teatro Laboratorio desapareció y continuó con la enseñanza y el trabajo experimental por todo el mundo. Genera el concepto de Teatro Pobre. Su obra ha influido en directores y actores contemporáneos, como Alejandro Jodorowsky, Eugenio Barba y Peter Brook. La colección de sus escritos teóricos, Hacia un teatro pobre, se publicó en 1968 con introducción de Brook.
Como teórico, incorporó un profundo tratamiento físico al psicologismo del método de Stanislavski. Influido por Artaud y el teatro oriental, luchó por un teatro ritual, como ceremonia y liturgia, que se centraba en el actor y en la relación actor-espectador. Su concepción teatral está recogida en la obra Hacia un teatro pobre (1968), que ha influido notablemente en el teatro europeo.
Radicalmente renovador, Grotowski rechazó la primacía del texto como base del arte teatral (sus adaptaciones de obras clásicas fueron libérrimas), así como los elementos escénicos tradicionales (iluminación, escenografía o vestuario, prácticamente ausentes en sus montajes, por considerar que desvían la atención de lo esencial). Su dramaturgia priorizó el trabajo de los actores, a los que exigía un extraordinario esfuerzo físico y psicológico y la interacción con el espectador para conseguir su implicación y participación en la obra.

El modelo de Jerzy Grotowski: el actor santo

Escrito por Raúl Kreig

Los tesoros de la pobreza

El actor es el protagonista absoluto y excluyente en el teatro de Grotowski. En su concepción, el teatro no es más que la relación entre un actor y un espectador. Sus postulados del teatro pobre se constituyen como una reacción a la invasión de medios técnicos, como oposición a la noción de teatro entendido como una síntesis de disciplinas creativas diversas: literatura, plástica, música.
Despojando al hecho teatral de todo lo superfluo, sólo queda el actor para resolver aquello que en el "teatro rico" se confía a la tecnología y al auxilio de las diversas artes.
Se prescinde de la planta tradicional y en cada nueva propuesta se intenta un modo diverso de tratamiento espacial y la relación escena-público se ve enriquecida así en sus múltiples variantes. Se abandonan los efectos de luces, son los actores los que "iluminan" mediante técnicas personales, constituyéndose así en una fuente de "iluminación artificial". El rechazo a los artificios del maquillaje y del vestuario permite al actor cambiar de personajes, tipos y siluetas usando sólo su cuerpo y la maestría de su oficio. La composición de expresiones faciales sustituye el uso de máscaras. La eliminación de la música permite a la representación misma convertirse en melodía mediante las voces de los actores y el golpeteo de los objetos. Los actores crean el entorno y lo transforman con el único auxilio de sus gestos: una tela es el mar, luego un sudario y finalmente un ave.
Este universo estético de rechazo a lo material y a lo superfluo, de pobreza y ascetismo, sólo puede ser habitado por un ser dispuesto al autosacrificio, al renunciamiento que exige todo acto de amor, a la espiritualidad suprema de un santo.

La santidad secular

El actor es un hombre que trabaja ofreciendo su cuerpo públicamente. Si lo hace sólo por dinero o para obtener el favor de su público su oficio se acerca a la prostitución.
Grotowski dice: “La diferencia entre el actor cortesano y el actor santo es la misma que existe entre la habilidad de una cortesana y la actitud de dar y recibir que surge del verdadero amor”.
El actor no actúa, no finge, ni imita. Debe ser él mismo en un acto público de confesión. La representación debe servir a la manifestación de lo que cada actor es en su interior. Por eso cuando Ryszard Cieslak -quizás el único actor que cumplió acabadamente con el modelo grotowskiano- dice: Te mostraré mi hombre, y Grotowski le responde: Muéstrame tu hombre y te mostraré tu Dios quieren expresar que el actor dentro de la obra, del espectáculo, ofrecerá su confesión, su cuerpo y alma desnudos, su yo intelectual y biológico. Mostrará todo aquello que la cultura y la vida cotidiana le impiden mostrar.
En términos religiosos, la representación es (su) vía de expiación personal; en términos artísticos, es una situación llevada al límite mediante la voz y el cuerpo; en términos psicológicos, significa el logro de la auto realización; en términos dramáticos es una catarsis tanto para el auditorio como para el actor.
El arte de la actuación consiste en desnudarse, liberarse de máscaras, exteriorizarse. No con la finalidad de exhibirse, sino para auto-penetrarse y de este modo auto-revelarse. La actuación no es sólo un acto de amor, sino también un acto de conocimiento. Esto no significa un abandono del artificio, en el sentido del personaje y la construcción de la ficción; por el contrario, son estos "artificios" los que paradójicamente le permiten al actor desnudarse y mostrarse en su verdad interior.
Creemos que un proceso personal que no se apoya ni se expresa en una articulación formal y una estructura disciplinada del papel no constituye una liberación y puede caer en lo amorfo.
Por lo que no existe contradicción entre artificio y revelación personal, sino por el contrario vehiculización de la segunda a través del primero. El personaje se constituye en un trampolín, un instrumento que permite estudiar lo escondido en el interior del ser humano actor.
Hemos encontrado que la composición artificial no sólo no limita lo espiritual sino que conduce a ello.
Es importante destacar que este modelo no apunta a una conducta "natural" del actor, en el sentido del naturalismo. El comportamiento "natural" oscurece la verdad, es la ficción la que permite mostrar lo que ese comportamiento oculta y enmascara.
Dice Grotowski: “En momentos de choque psíquico, de terror, de peligro mortal o de gozo enorme, un hombre no se comporta naturalmente; un hombre que se encuentra en un estado elevado de espíritu utiliza signos rítmicamente articulados, empieza a bailar, a cantar. Un signo, no un gesto común, es el elemento esencial de expresión para nosotros”
Grotowski compara a la elaboración de la artificialidad con el trabajo del escultor, en el sentido de que las formas buscadas -imágenes, gestos- ya existen en el organismo psicofísico del actor. Este, al igual que el escultor, no construye, sino que elimina para que aparezca la forma escondida. Es por eso que la técnica actoral estará orientada a "limpiar" el camino de todo obstáculo que impida la revelación de esa forma oculta.
La representación se constituye como un acto de transgresión del yo del actor, una ruptura definitiva con las máscaras de lo cotidiano y un encuentro del mismo con su yo verdadero. Deberá sacrificar lo más íntimo de su ser, exhibir ante los ojos del mundo aquello que no debe ser exhibido. El espectador sentirá entonces que este acto de entrega es una invitación que se le dirige para que haga lo mismo, para que devele él también su verdad íntima.


La técnica y la ética

Mediante el aporte de elementos provenientes del teatro oriental y occidental -en especial Stanislavski y Meyerhold-, Grotowski prepara una serie de ejercicios físicos, plásticos y vocales que se constituyen en un riguroso entrenamiento del actor, tendiente a lograr su madurez.
Educar a un actor en la pedagogía grotowskiana no significa enseñarle algo, sino eliminar toda resistencia que el organismo oponga a la liberación de la propia intimidad, todo lo que obstaculice la transgresión del yo, necesario para el acto de comunión total que es el teatro.
La técnica es una vía negativa, no apunta a desarrollar destrezas, sino a la eliminación de obstáculos. Más que aprender cosas nuevas el actor deberá liberarse de viejas costumbres. La técnica le permitirá detectar y eliminar aquello que lo bloquea.
Estos ejercicios no constituyen recetas y cada actor deberá adaptarlos a sus propias necesidades. El punto de partida es el mismo para todos, luego cada uno tratará de buscar una justificación personal a cada ejercicio. A su vez el coordinador tratará de crear una atmósfera de comodidad, de confianza, que le permita al actor ser absolutamente sincero.
Grotowski en varias oportunidades se resiste a utilizar la palabra ética y prefiere en su lugar hablar de técnica. A pesar de esto en el fondo de sus reflexiones subyace una concepción profundamente ética:
* Enseña a indagar en lo más hondo del actor a fin de descubrir aquello que impide la creación artística, a no esconder lo que se es en realidad, ya que la ética del actor consistirá en expresarse a través de sus motivos más personales.
* Impulsa a correr riesgos. Para crear, nos dice, es necesario correr en cada ocasión el riesgo del fracaso.
* Aconseja no pensar nunca en el resultado. Para alcanzar un resultado, paradójicamente, no hay que buscarlo.
* Postula que el actor no debe trabajar para sí mismo sino que se debe entregar totalmente. Pero, quién es el destinatario de esta entrega? Si es el público, el actor correrá el riesgo de caer en una suerte de flirteo tendiente sólo a satisfacer su necesidad de afecto, aceptación y afirmación; su propio narcisismo en definitiva. Si es el propio actor el destinatario, si trabaja para sí, observándose, buscando la riqueza de sus estados psíquicos, es probable que esto lo conduzca hacia la histeria y la hipocresía, ya que todos los estados que se observan no se viven y lo que no puede vivirse se imita, y esto es hipocresía. Pero si no debe actuar ni para el público, ni para sí mismo, ¿qué es lo que le queda? Grotowski reconoce que la respuesta no es fácil y que encierra un gran misterio. Propone entonces el concepto del compañero seguro:
“éste ser especial para quien el actor hace todo, frente al cual actúa con los demás personajes y ante quien revela sus más personales problemas y experiencias. Este ser humano, este compañero seguro no puede definirse…basta con decir `debes entregarte totalmente’ y muchos actores lo entienden”

| |

Biografía: Lee Strasberg

viernes, 24 de febrero de 2012 0 comentarios

Strasberg nació 17 de noviembre de 1901 en Budanov, ciudad del Imperio Austrohúngaro, y falleció en la ciudad de Nueva York el 17 de febrero de 1982 a la edad de 80 años. Sus padres fueron Ida y Baruch Meyer Strasberg. Fue un reconocido director, actor, productor y profesor de teatro estadounidense.

Cronología:
En 1931, fue uno de los fundadores del Group Theatre, una compañía que contó con la participación de Elia Kazan, John Garfield, Stella Adler, Sanford Meisner, Franchot Tone y Robert Lewis. Ya en 1949, comenzó una larga carrera en el Actors Studio de Nueva York, convirtiéndose a los dos años en su director artístico. Bajo su tutela se cuentan actores como Geraldine Page, Paul Newman, Al Pacino, Kim Stanley, Marilyn Monroe, Jane Fonda, James Dean, Dustin Hoffman, Eli Wallach, Eva Marie Saint, Robert DeNiro, Jill Clayburgh, Jack Nicholson, y Steve McQueen, entre otros.
En 1966 fundó una sucursal del Actors Studio en Los Ángeles, ciudad en la que tres años más tarde fundará el Lee Strasberg Theatre Institute.
Su vocación pedagógica lo convirtió en uno de los principales impulsores de lo que se conoce como «El Método» de actuación que se expandió al mundo entero gracias a la fama de Hollywood. Estudiantes de todo el planeta acuden a la escuela en busca de la verdad escénica.
Strasberg sólo interpretó roles destacados en unas pocas películas. Probablemente su interpretación más famosa (y que le significó la nominación al Oscar) fue en la segunda parte de El Padrino, donde encarnó a Hyman Roth, un mafioso judío jubilado que supervisaba desde Miami el crimen organizado de Cuba y que es finalmente asesinado por Michael Corleone. Otros Films de los que participó fueron: Going in Style (1979), Boardwalk (1979), And Justice for All (1979), The Cassandra Crossing (1976), El Padrino, parte II (1974), The Gun Runners (1958).

Actors Studio
El Actors Studio es una asociación para actores profesionales con sede en el Old Labor Stage, sito en el 432 West 44th Street de Nueva York. Fundado en 1947 por Elia Kazan, Cheryl Crawford y Robert Lewis, el Studio es conocido por su trabajo refinando y enseñando el Método, un enfoque originalmente desarrollado por el Group Theatre en los años 1930 a partir de las innovaciones de Konstantin Stanislavski.El Studio logró reconocimiento mundial bajo la dirección de Lee Strasberg, quien tomó el mando en 1952.Mientras están en el Studio, los actores trabajan juntos para desarrollar sus habilidades en un entorno experimental, donde pueden asumir riesgos como intérpretes sin las presiones de los papeles comerciales.


Manual del Método
“El Método” era el término dado por Lee Strasberg a un estilo de actuar basado en las enseñanzas de Stanislavski que él desarrolló y promovió por muchos años en el 'Actors Studio' en Nueva York. Era el foco para una g
eneración de actores jóvenes comprometidos con un nuevo estilo experimental de interpretar su arte - seguramente influenciado por la moda de Freud que estaba en su apogeo en ese entonces, y sazonado con un poco de Zen para darle sabor. La idea era situar el actor en el papel guiado por su interpretación emocional en respuesta al carácter y a la situación, más que ser fiel al texto dado. Brando y sus compañeros salieron de esta escuela y hasta Marilyn Monroe
le dio una vuelta.
La versión de Lee Strasberg
El maestro americano desarrolla un sistema de formación de actores basado en la obra de Stanislavski y su seguidor Vajtangov al que se ha llamado el Método. Strasberg profundizó las búsquedas stanislavskianas tendientes a desarrollar un camino que le permitiera al actor encontrar estados emocionales auténticos y evitar que éstos dependieran exclusivamente de la intuición o la inspiración del momento.
Define a la actuación como la capacidad para reaccionar ante estímulos imaginarios y manifiesta que sus presupuestos esenciales son una sensibilidad fuera de lo común y una inteligencia extraordinaria para comprender los procesos del alma humana.
Los dos terrenos en los que asienta sus investigaciones son las improvisaciones y la memoria emotiva, puesto que considera que el uso correcto de estas técnicas es lo que le permite al actor expresar las emociones adecuadas al personaje. La naturaleza del problema del actor, nos dice, consiste en la capacidad de crear de manera orgánica y convincente, física, mental y emocionalmente, la realidad que exige el personaje de la obra y expresarla de manera vívida y dinámica.
La improvisación, como método de entrenamiento del actor, consiste en una serie de ejercicios destinados a explorar los sentimientos del comediante y los del personaje y lograr que el primero adquiera la espontaneidad necesaria para evitar una actuación mecánica. El personaje maneja un proceso de pensamientos, sensaciones y emociones que no son brindados por el autor y que serán aportados por el trabajo creador del actor. Todos estos elementos serán buscados en las improvisaciones.
En cuanto a la memoria emotiva, recurso que considera sumamente efectivo, retoma y desarrolla ampliamente los conocimientos del francés Ribot y las aplicaciones que de ésta hace Stanislavski. Organiza ejercicios para que el actor reviva, mediante la
evocación consciente de recuerdos personales, determinados estados emocionales. Dirige la búsqueda, en primera instancia, a las imágenes sensoriales del recuerdo sobre las que deberá concentrarse en detalle, puesto que el actor no puede pensar en generalidades. Se trata de recordar el suceso que provocó la emoción, no en términos de relato cronológico, sino de los sentidos que participaron en él. En el momento de aparición del estado emocional con mayor intensidad, el actor deberá mantener la concentración sensorial, ya que de lo contrario perderá el control y se dejará arrastrar por la experiencia emocional. La finalidad de este entrenamiento no es sólo lograr la aparición de la emoción, sino también
controlarla y dominarla.


La formación del actor consta de tres etapas:
1- El trabajo del actor sobre sí mismo: adquisición de la capacidad para la relajación, la concentración y para sentir y experimentar en forma intensa. También apunta al desarrollo de la voz y del cuerpo.
2- El trabajo sobre la acción y la relación con los otros. La caracterización física a través de ejercicios de composición de animales. El abordaje de las emociones a través del recurso de la memoria emotiva.
3- El trabajo sobre escenas de obras que le permiten al actor ejercitar las aptitudes adquiridas en las anteriores etapas, dentro de contextos dramáticos prefijados.
El Método ha sufrido innumerables críticas. Se ha considerado que sólo sirve para textos y estilos de actuación naturalistas, que el recurso de la memoria emotiva conduce a la histeria y al narcisismo, que acerca peligrosamente al arte de la actuación con el psicoanálisis. Se lo ha acusado de impulsar al actor a una especie de "manoseo" de sus propios recuerdos que provocaría un "desgaste" de los mismos. Es posible que así sea; pero lo cierto es que el Método también ha generado actores excepcionales, baste citar solo algunos nombres: Marlon Brando, Al Pacino, Anne Bancroft, Dustin Hoffman, entre otros.

Informe: El Método de Lee Strasberg. Stanislavski y después...

Por Karina Mauro
Nuestro segundo informe se sumerge en una de las pedagogías de la actuación más famosas del mundo. Muchas veces, el Método es confundido con el sistema Stanislavski, pero presenta diferencias en sus concepciones de la actuación y el sujeto.
En el informe pasado describimos someramente las bases del sistema desarrollado por Constantín Stanislavski durante las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX. Más allá de las críticas que consignamos, estos planteos conformaron un lenguaje técnico / práctico susceptible de ser compartido por maestros y alumnos y funcional al realismo, por lo que, en poco tiempo, se propagó por diversos países. Su transformación en una ortodoxia, aspiración ajena al pedagogo ruso siempre proclive a cuestionarse, elevó la figura del maestro a la categoría de estrella o figura incuestionable (tanto profesional como ética y espiritualmente). Por ende, muchas veces la clase de teatro se vio convertida en un séquito de iniciados, mal que aún azota de una manera u otra a todas las escuelas y del que se han beneficiado muchas individualidades. En esta oportunidad, veremos un caso paradigmático de este fenómeno.
Las giras realizadas por el Teatro de Arte de Moscú contribuyeron a la difusión del sistema. Sin embargo, el mismo presentaba algunos problemas a la hora de su aplicación por parte de otro docente. Paradójicamente, el inconveniente radicaba en que el sistema era poco sistemático. Esto es, presentaba muchas contradicciones, idas y venidas, estaba lleno de consignas que no se hallaban ordenadas en la progresión propia de los procesos de aprendizaje. Sin duda era así porque correspondían a las investigaciones y reflexiones personales de Stanislavski y, más allá de que él las había compilado en varios volúmenes, no constituían una teoría, un todo cerrado en el que sus partes se relacionaran. Esto afectaba, sobre todo, a lo que se denomina la primera parte de su obra, dado que la segunda (correspondiente a las acciones físicas) no tuvo, fuera de la Unión Soviética, la despampanante difusión que tuviera aquella.
Lo cierto es que el sistema era aplicado según la interpretación de aquel maestro que, sin haber tenido contacto directo con su creador, se decidiera a ponerlo en práctica, dirigiendo la formación de un puñado de valientes alumnos (como sucedió en la Argentina). También se dio el caso de algunos integrantes del Teatro de Arte de Moscú que emigraron y comenzaron a enseñar el sistema en otros países. Pero en ambas situaciones, los resultados fueron reformulaciones individuales, a veces muy alejadas del original.

El sistema Stanislavski en Estados Unidos: Lee Strasberg
El caso norteamericano reviste una importancia singular, a la luz de la influencia que tuvo posteriormente en nuestro país. Sin duda, el desarrollo de las propuestas de Stanislavski en los Estados Unidos está asociado con el nombre de Lee Strasberg y su Método.
Strasberg nació en la ciudad de Budanov (hoy Polonia, en aquella época, Imperio Austro Húngaro), en 1901. Cuando tenía ocho años su familia se trasladó al país del Norte, radicándose en la ciudad de Nueva York. Tuvo algunas experiencias juveniles en el teatro judío que se representaba en idish, pero es en 1923 que decide iniciar sus estudios en el American Laboratory Theatre, dirigido por Richard Boleslavsky y Maria Ouspenskaya. Ambos habían sido actores del Teatro de Arte de Moscú y decidieron quedarse en los Estados Unidos luego de una gira. Strasberg había sido espectador de dichas funciones, por lo que también tuvo la oportunidad de ver actuar al propio Stanislavski. En el American Laboratory Theatre, Strasberg tomó contacto con el sistema del pedagogo ruso, según la lectura de sus dos discípulos. Si se observa el período en el que realizó sus estudios (entre 1923 y 1925), se notará que las enseñanzas que recibió corresponden a la primera parte del mismo, que se centraba fundamentalmente en el trabajo con la relajación, la concentración y la memoria afectiva.
En 1931, Strasberg comenzó a aplicar lo que había adquirido con el elenco del Group Theatre, del que fue cofundador junto con Harold Clurman y Cheryl Crawford y en el que también participaron el director de cine Elia Kazan y Robert Lewis. El grupo presentó varias obras hasta su disolución, por razones ideológicas, económicas y artísticas, en 1941. Siete años más tarde, algunos de sus antiguos integrantes (Kazan, Lewis y Crawford) decidieron retomar el proyecto, ahora denominado Actor´s Studio, nombre que seguramente le resultará algo más familiar al lector. Strasberg pasó de ser invitado a dar algunas clases, a convertirse en el único profesor y en 1951 fue nombrado Director Artístico, hasta su fallecimiento en 1982. Y aun después de acaecido éste, su legado continuó resguardado por su segunda mujer, Anna Strasberg, quien continuó dando clases allí y en el Lee Strasberg Theater and Film Insitute. Además, en 1974, Strasberg había dictado el contenido del libro Un sueño de pasión, en el que resume todos sus descubrimientos.
Fue allí, en el Actor´s Studio, donde el austro-americano desarrolló y aplicó su Método y alcanzó fama mundial. La misma se cimentó a partir de la notoriedad obtenida por los actores allí formados, quienes se desempeñaron en puestas del realismo norteamericano en Broadway (en obras de Tennessee Williams, Arthur Miller y compañía), pero fundamentalmente, en el cine de Hollywood. El paradigma es Marlon Brando y sus interpretaciones en las películas de Elia Kazan. Un tranvía llamado deseo, film basado en la obra homónima de Tennessee Williams es quizá, la apoteosis del Método. Pero también han pasado por el Actor's las megaestrellas James Dean, Montgomery Clift, Paul Newman, Steve McQueen, Robert De Niro, Dustin Hoffman, Al Pacino, Harvey Keitel, Martin Landeau, Jack Nicholson, Sissy Spacek, Christopher Walken, Anne Bancroft y siguen las firmas... Si se presta atención a los repartos de películas clásicas entre los ‘50 y los ‘80 y a las listas de ganadores de Oscar's del mismo período, se comprenderá la dimensión de estos nombres. Nótese también que la mayoría desarrolló su carrera preponderantemente en el cine, industria a la que el éxito del Método estuvo profundamente ligado. De hecho, a Strasberg le fue encomendada la tarea poco sencilla de adiestrar a Marilyn Monroe y cuenta la leyenda que el severo entrenamiento y la exigencia de bucear en sus dolorosas vivencias, produjeron un desequilibrio emocional en la actriz, que pusiera fin a su vida años después. Sin embargo, esto es sólo una leyenda, ya que Monroe le testamentó una interesante herencia en dinero y en bienes a su maestro, en señal de agradecimiento.

¿En qué consiste el Método?
Constituye una exacerbación de las ideas del primer Stanislavski, ahondando en su línea psicologista ingenua. Strasberg estimaba que muchos problemas de la actuación, especialmente los vinculados con la expresividad, que no habían sido desentrañados por el Sistema, habían hallado resolución en su Método. Las premisas fundamentales del mismo son la relajación y la concentración, dado que él creía que la clave del proceso creativo estaba en la memoria.
Es así como se dedicó a profundizar el desarrollo de la memoria emotiva, dándole una importancia inusitada al control conciente y a la recreación voluntaria de vivencias del pasado. No en vano, Strasberg exterioriza varias veces en su libro, la admiración que siente por las ideas de Gordon Craig acerca del actor, cuya precisión lo asemejaría con una "supermarioneta". El creador del Método reelabora el concepto de memoria afectiva recibido de su maestro Boleslavsky, dividiéndolo en memoria sensorial (relacionada con los sentidos) y memoria emotiva (relacionada con las vivencias experimentadas). Parte de la idea de que el entrenamiento de estas memorias conduce al dominio del actor sobre los contenidos inconscientes de su psiquis, mostrando una curiosa reinterpretación de conceptos tomados de la psicología. Dichos contenidos son el motor de la actuación, por lo que la acción es pensada como resultado y no como causa y debe ser constantemente vigilada por los sentidos y la concentración. Según las propias palabras de Strasberg, la acción sólo debe entrar en juego cuando el actor ha aprendido a reaccionar o a sentir. Es así como una larga parte del proceso de aprendizaje del alumno o de la preparación del rol por parte del actor profesional, es destinada a realizar ejercicios de relajación y de entrenamiento sensorio-emotivo. Supuestamente, cuando un actor reproduce una emoción en un ejercicio, la misma ha pasado del inconsciente a la conciencia y está lista para ser evocada nuevamente a voluntad (cabe aclarar que esta idea no tiene fundamentación alguna, por lo menos en términos psicoanalíticos). El objetivo es que el actor obtenga un compendio personal de vivencias, listas para usar a voluntad. Se recomienda, que las mismas alcancen un número mayor a siete y menor a trece, por motivos que ignoramos.
Para lograr la libertad creativa en escena (lo cual en estos términos significa experimentar emociones) es necesario que el actor se libere de toda tensión. Con este fin se desarrollan una serie de ejercicios que buscan detectar y eliminar toda rigidez corporal. El más importante es el conocido como "la silla". El actor se sienta en una silla y comienza a vigilar mentalmente cada parte del cuerpo, buscando la tensión e intentando eliminarla. Puede contar con la ayuda de un compañero o el mismo docente, quien toma cada parte del cuerpo y chequea si está realmente relajada. Para ello puede realizar masajes o movimientos en la zona afectada (como por ejemplo, dejar caer un brazo para verificar si hay tensión). Este ejercicio abarca desde los pies hasta la cabeza y puede durar una hora. La tesis en la que se sostiene es que una vez relajado el cuerpo del actor, la emoción fluye sin trabas. Para lo cual, hacia el final del ejercicio, el alumno debe verbalizar y exteriorizar sus emociones mediante sonidos.
La concentración es considerada la base de la imaginación, por lo que se busca su desarrollo a través de los ejercicios con objetos. En primer lugar, se trabaja con un objeto que se halle asociado a una vivencia personal, para que el contacto con el mismo provoque la emoción. En segundo término, se utilizan objetos evocados, para aprender a recrearlos sin su presencia y para registrar cada sensación asociada con estos. Se comienza evocando un objeto, hasta que se llega al momento de mezclar varias evocaciones en un mismo ejercicio (por ejemplo, tomar un café imaginario mientras se lee una carta imaginaria). Cabe preguntarse por qué el actor debería trabajar con objetos imaginarios si, al tener objetos reales en escena, podría ocuparse de otra cosa. Asimismo se busca recrear sensaciones, como el calor del sol o un dolor agudo. Esto también va de lo más sencillo a lo más complejo, hasta llegar a evocar una sensación total, como las experimentadas al tomar una ducha.
Por otra parte, se realizan ejercicios para eliminar las inhibiciones, como el denominado "momento íntimo" o "momento privado". El mismo consiste en realizar delante de los demás, actos que sólo se realizan cuando se está a solas. Este ejercicio también puede durar una hora y puede mezclarse con la evocación de objetos o sensaciones, etc. Más allá de las procacidades y escatologías que puedan venir a la mente como primera ocurrencia (de las que no han estado exentas varias clases de teatro, ya sea siguiendo ésta u otras técnicas), el dilema se presenta al considerar si es posible, frente a la mirada del otro, actuar como si la misma no existiera. Si la respuesta es no, no vale la pena realizar el ejercicio. El momento íntimo, no lo será, ni podrá serlo nunca, por una imposibilidad lógica. Si la respuesta es sí, el aspirante a actor está frente a un problema serio. Y el mismo ya no deberá resolverse en una clase de teatro...
Strasberg desestima la importancia del "sí creativo", por considerar que promueve a la imitación de conductas. Incluso reelabora el concepto de circunstancias dadas, cambiándolo por el de "ajustes" para modificar la conducta. Si las circunstancias tenían que ver con la situación del personaje en la obra, los ajustes se desentendían de la misma y eran pensados exclusivamente en función de producir la vivencia del actor. Por ejemplo, un actor acostumbrado a hacer papeles cómicos tenía que interpretar a un personaje sobrio y presentaba dificultades para hacerlo. Entonces, Strasberg le propuso realizar el "ajuste al FBI" que consistía en creerse un agente secreto. Cabe destacar que la obra trataba de un grupo de médicos, por lo que el pensamiento del actor, que según esta pedagogía debe regir sus acciones en todo momento, se hallaba desconectado de la realidad de la escena.
El Método eleva la improvisación como metodología actoral por excelencia, aspecto que diversas técnicas, hasta las que se hallan en las antípodas, han adoptado. Pero no todas las improvisaciones son iguales. La que propone Strasberg tiene que ver con sustituir el texto original por lo que el actor tenga ganas de decir, hasta tanto se llegue a las réplicas de la obra por una necesidad emocional. Como resultado, y al estar regida por el control racional exigido constantemente por esta técnica, la improvisación es mantenida casi exclusivamente en los carriles de lo verbal. Es decir, el actor improvisa lo que tiene que decir (que al final será lo que diga la obra) en lugar de indagar en todo aquello que no es verbal y que el texto no le aporta.
Es preciso consignar que el Método tiene una postura retardataria respecto del trabajo con improvisaciones de escenas, ya sea pertenecientes a obras o creadas por los actores, dado que privilegia la realización de ejercicios individuales para la formación del alumno. El trabajo con textos comienza por el análisis intelectual de cuentos, generalmente infantiles, con el objeto de indagar en el subtexto. Por último, la caracterización física, considerada el aspecto exterior de la actuación, se trabaja a partir de la imitación de animales.
Strasberg reconoce que este trabajo, basado sustancialmente en la rememoración de vivencias personales para reproducir la emoción ligada a las mismas, puede generar resultados ajenos a la esfera de la interpretación. Es decir, reconoce que muchas personas se han visto afectadas personalmente en su pasaje por el Método. Esto también tiene mucho de leyenda, pero reconozcamos que una clase de actuación quizá no sea el ámbito adecuado para manipular estos materiales. Pero ése no es el problema. No se puede criticar una técnica por esto, si es que funciona en escena. El problema es: ¿funciona en escena? O mejor, ¿cuáles son los resultados que el Método produce en la esfera propia de la interpretación?
Pueden y se han realizado numerosas críticas al Método. Cuentan las malas lenguas que, cuando en los ‘30 Stanislavski se enteró de lo que sucedía en los Estados Unidos, el ruso se sorprendió, dado que él había descartado esa metodología varios años atrás. También cuentan que cuando en 1976, el prestigioso actor inglés Lawrence Olivier compartió el rodaje de Marathon Man con Dustin Hoffman, actor del Método, el británico, perdiendo los estribos al ver que su compañero americano no dormía desde hacía varias noches con el objeto de vivenciar el cansancio, le espetó un: "Joven, ¿por qué no prueba simplemente con actuar?". Hoffman niega la veracidad de esta anécdota, por supuesto.
En términos teóricos, la crítica fundamental tiene que ver con que es notablemente inoperante en las condiciones de la escena, en la que es imposible detenerse a rememorar una vivencia o a verificar la relajación muscular (por otro lado, no se explica de qué forma la laxitud corporal puede beneficiar al actor). Esto no tiene que ver con la falta de un mayor entrenamiento, que permitiría reducir los tiempos requeridos para conseguir estos fines (Strasberg afirma que se puede llegar a hacerlo en un minuto), sino con la justificación de que dichos resultados beneficien a la actuación. ¿Rememorar un hecho doloroso del pasado puede ayudar para actuar una escena que poco tiene que ver con el mismo? Y si tuviera algo que ver, ¿serviría de todos modos? Es entendible que el Método haya funcionado tan bien en el cine, debido a las condiciones de producción de dicho medio. Recordemos que entre toma y toma hay largas esperas y que el actor rara vez actúa frente a su compañero. Por el contrario, muchas veces el actor de cine debe abstraerse de la realidad que lo rodea, dado que la misma está conformada por cámaras, técnicos, luces y todo tipo de artefactos. Pero no es posible abstraerse de la realidad de la escena en el teatro. Fundamentalmente, porque hay otro actor enfrente, con el que hay que intercambiar acciones para construir presente. Sin embargo, eso no es todo. Queda por explicar de qué manera la emoción, una vez rememorada, puede transponerse en acción. Se supone que esta colección de ejercicios ayuda a desarrollar la sensibilidad del actor. Pero nada dicen acerca de cómo debe proceder el actor, con su sensibilidad desarrollada a cuestas, cuando se enfrenta con una escena. Sin duda, la realización de todos estos ejercicios no resuelve este problema.

Su influencia en la Argentina
Lo cierto es que quizá en nuestro país, particularmente, la versión strasbergiana se confundió con el sistema de Stanislavski, cristalizándose como su única o verdadera lectura. Cuando Lee Strasberg visitó Buenos Aires, corría julio de 1970. Contaba ya con la fama mundial que le había dado el cine hollywoodense y con un campo teatral dominado por el realismo reflexivo y por lo tanto, ávido de más stanislavskianismo y psicologismo. Sin duda, el nombre Strasberg estaba asociado al del maestro ruso, al punto que las noticias acerca de ambos se habían masificado en nuestro país casi al mismo tiempo (en 1965, el número 3 / 4 de la Revista "Máscara", publicación de la Asociación Argentina de Actores, llevó por título "El desconocido Stanislavski" e incluía una entrevista a Lee Strasberg, titulada "El trabajo con material vivo").
Strasberg dictó un seminario de un mes de duración en el Teatro Municipal General San Martín, al que concurrió toda la crema del teatro porteño. Todavía se cuentan anécdotas acerca de lo sucedido allí, y los espectáculos acontecidos cuando algún argentino aceptaba probar un ejercicio delante de sus colegas. Los actores, directores y pedagogos más reconocidos y famosos, muchos de los cuales ya aplicaban a Stanislavski, participaron del mismo y salieron convertidos al strasbergianismo más acérrimo, que comenzaron a aplicar con ávido dogmatismo en sus clases.
El caso de Augusto Fernándes, por ejemplo, merece algunas líneas, dado que su escuela sigue aún hoy todos los lineamientos strasbergianos, desde el ejercicio de la silla hasta el "momento íntimo". Por otra parte, el director aplica otros ejercicios que se inscriben en la misma senda, como el caso del "yo afectado". El mismo sostiene que la subjetividad de cada individuo está conformada por diversas facetas, que se denominan "yoes". Hay sucesos que pueden afectar de alguna manera a alguno de estos "yoes", pero las convenciones sociales, el respeto por el otro y las prohibiciones, no permiten que esto se exprese totalmente. El ejercicio propone indagar en estos hechos con el objeto de que esta parte afectada del yo pueda hallar expresión, dando lugar a emociones (muchas veces, desbordadas).
Este panorama dominó los ‘70 los ‘80 y su hegemonía comenzó a ser discutida por el teatro under a mediados de ésta última y disputada en las escuelas de actuación recién hacia su final, cuando se impusieron otras metodologías más ligadas al Teatro de Estados y al clown. El eclecticismo técnico ganó en la formación de los alumnos, generando nuevas dramaturgias, alejadas del realismo reflexivo. De todo ello nos ocuparemos próximamente.
Pero lo cierto es que esto no ha implicado la desaparición del Método en nuestro país. Más allá de las permanentes visitas de pedagogos que se han adentrado aún más en la línea psicologista, que promueve la ejercitación conciente de la memoria como base para la emoción (el caso emblemático es el de la norteamericana Joy Morris, quien incluye también una teoría de las "subpersonalidades"), la corriente stanislavskiana/strasbergiana goza de buena salud y muestra exponentes en los elencos oficiales, en las tiras televisivas y en ciertas producciones cinematográficas. Ya hemos mencionado que, hasta cierto punto, se trata de una cuestión generacional, por lo que un alto porcentaje de los actores que superan los cincuenta años fueron formados mayoritariamente por Agustín Alezzo, Augusto Fernándes, Carlos Gandolfo, y algunos menores de esa edad, concurrieron y concurren a las clases de Lito Cruz, Julio Chávez o Luciano Suardi, formados en el Método. Cabe destacar que varios discípulos de todos ellos, además de actuar, dirigen y dan clases, por lo que su número se multiplica ampliamente.

| |

En la ciudad de Corrientes recientemente se creó la ACTAE (Asociación Correntina de Trabajadores de las Artes Escénicas) teniendo como objetivo primordial, “la necesidad de dignificar la profesión de los trabajadores de las artes escénicas”. La misma es el resultado del impulso de teatristas y técnicos que claman por mejores condiciones laborales y con el fin de sumar y defender los derechos de todos los trabajadores del arte escénico de la provincia.


Un poco de historia reciente…
En el mes de diciembre de 2011 se realizaron asambleas en la Sala de la Biblioteca Mariño de la ciudad de Corrientes, dando como resultado la creación de ACTAE (ASOCIACIÓN CORRENTINA DE TRABAJADORES DE LAS ARTES ESCÉNICAS). La misma tiene por finalidad no sólo difundir y fomentar en la provincia de Corrientes la actividad de los trabajadores de las artes escénicas en sus distintas manifestaciones (Teatro, Danza, Música, Cine, Mimos, Clowns, Técnicos, etc.), sino también representar a sus asociados reclamando sus derechos, entre otras propuestas.
La primera comisión Directiva, elegida en la Asamblea del 19 de diciembre de 2011 en la que participaron más de 60 teatristas es integrada por: Ángel Quintela (Presidente), Omar Macarrein (Secretario General), Francisco Villar (Tesorero), José María Gómez Samela y Aliné Godoy Prats (Vocales titulares), Fernando Martínez y Antonella Zelioli (Vocales Suplentes), Blanca Sobol y Edgardo Frías Sena (Comisión Revisora de Cuentas). En este 2012 la Asociación ya esta en marcha y trabajando para adherir socios y bregar por sus Intereses.

Sus finalidades son:
* Difundir y fomentar en la provincia de Corrientes la actividad de los trabajadores de las artes escénicas en sus distintas modalidades, a través de todos los medios disponibles.
* Promover y fortalecer la unión entre todos sus miembros.
* Propiciar el desarrollo de las facultades artísticas y atender a la defensa de los intereses profesionales de los asociados.
* Gestionar y establecer con instituciones públicas, privadas y organizaciones intermedias, su colaboración mediante contribuciones, donaciones, o cualquier tipo de aporte que tienda a favorecer el desenvolvimiento de la actividad de los trabajadores de las artes escénicas.
* Propiciar, gestionar y/o organizar toda actividad que permita el perfeccionamiento de los integrantes de las profesiones afines.
* Adherir, asociarse o firmar convenios con entidades que tengan similares objetivos para la prosecución de los intereses de los asociados.
* Ejercer la representación profesional de los asociados ante las autoridades nacionales, provinciales y municipales o cualquier asociación dentro de las jurisdicciones mencionadas.
* Peticionar ante los poderes públicos de cualquier jurisdicción, en los problemas que tengan relación con las actividades de sus miembros y los objetivos y fines mencionados.
* Promover la actividad teatral en todos los niveles sociales, sin distinción ni exclusión alguna.
* Realizar, apoyar, y propiciar toda iniciativa de interés general, beneficioso o conveniente para los asociados de esta entidad y la cultura en general.
* Establecer vínculos culturales con organismos similares del país y del extranjero, con el objeto de mejorar la calidad del arte escénico e intercambio de experiencias para todos sus asociados y público en general.

Se recuerda que la Asociación es de todos los trabajadores de las artes escénicas y todos pueden participar. Los interesados en contactarse pueden acercarse esta semana del miércoles 25 al viernes 27 de 19 a 21 a la Sala Mariño (Santa Fe 847), o comunicarse al teléfono (03783) 469674, o vía mail: actae@hotmail.com.ar .


| |

El Grupo Ambaí cierra su temporada 2011, con los estrenos de: “Crucigrama” (Cierre del Taller de Teatro de adultos) y “Zapping Creativo”, (Cierre del Taller de Teatro de chicos). Las funciones serán el domingo 11 de diciembre a las 20 la obra de chicos y a las 21 la de adultos, en la Sala de la Biblioteca Mariño (Santa Fe 847). Las entradas generales son unificadas para ver ambos puestas de seguido, siendo para adultos de $20 y para los chicos de $15 y se pueden reservar al correo: grupoambai@hotmail.com , o se consiguen en puerta al mismo precio.

“Crucigrama”, es un juego que como la vida tiene caminos horizontales o verticales, a veces también algunas diagonales donde buscar las respuestas existenciales. Aquí se hace un recorrido por la evolución de las edades del hombre a través de diferentes técnicas artísticas que plasman un teatro entre coreografiado y espontáneo. Se representan así las etapas de la vida en determinados seres y contextos, que con sus pinceladas constituyen la trama abierta de la obra. La propuesta de muestra es el resultado del taller anual de adultos “Hacía un Teatro Colaborativo” del Grupo de Teatro Ambaí. El mismo se dicto de abril a diciembre del presente año en el Espacio Creativo “Ojo al Piojo”.

El Taller: propuso a sus participantes entrenar, reconocerse de manera individual y grupal, apuntando al desarrollo creativo, mediante el estímulo de los sentidos y posibilidades expresivas. A la vez, se buscó armonizar lo físico, lo mental y lo espiritual. Así, por último, se llegó a la instancia definida como “Teatro Colaborativo”, en la cual los lenguajes artísticos y temáticos se cruzan para confluir en la construcción teatral con una poética propia, del conocimiento, y de un ser humano independiente. Durante el taller se recorrió diferentes escuelas teatrales y se profundizó en el proceso y la mixtura de artes (teatro, performance, danza, arte plástico, música, poesía). El teatro colaborativo, a su vez estimula el trabajo y la integración grupal.

El elenco esta compuesto por: Danilo Zuliani, Mercedes Galeano, Alejandro Duete, Nazaret Gómez Gigliani, Cyna Espinoza, Agustina Voss, Mirta Acuña y Beba Mezzi. Colaboración: Mirta Acuña, Ramonita Valdes, Ximena Sario y Ricardo Moriena. Técnicos de Iluminación y Sonido: Montse Zanini y José María Gómez Samela. Utilería: Grupo Ambaí. Maquillaje: Ricardo Moriena y el Grupo. Edición de sonido: Danilo Zuliani y José María Gómez Samela. Diseño Gráfico: El Grupo. Prensa: Grupo de Teatro Ambaí. Creación y Puesta en escena: Grupo de Teatro Ambaí. Dirección: José María Gómez Samela.
Agradecimientos: Espacio Creativo “Ojo al Piojo”, Radio Club Corrientes, Sala de la Biblioteca Mariño, Ángel Quintela, María Esther Aguirre, Grupo de Teatro Ambaí, Familiares, amigos, novios/as.


Teatro para niños
La obra "Zapping Creativo" parte del concepto “Zapping” es el acto de saltar de programación o cambiar de canal, en este caso los pequeños muestran diferentes contenidos televisivos, pasando así por ejemplo del gourmet a la música y parodiando el aparato mediático. Este recorrido es el resultado de diferentes técnicas como la improvisación, la performance y la danza-teatro.

El Taller: se planteó como un espacio abierto para la fantasía, un mundo donde la realidad y la ficción se interrogan. Es un territorio para la creatividad y la educación teatral, integrado con otros lenguajes.
El transitó comenzó con la comunicación y continuó con el juego, su modo de manifestación, luego los instrumentos básicos del actor (Cuerpo, voz, palabra, gesto, movimiento y relación con el espacio) mediante el estímulo, instando a los alumnos a investigar, a crear, a imaginar y sobre todo a construir el teatro.
El teatro sirve como instrumento para lograr la paz, la compresión mutua y la solidaridad. Es un arte que busca la verdad y la expresión de la libertad.

El Elenco esta compuesto por: Sofía Odena, Leonela Espinosa Leiz, Valentina Perié, Agustina Voss y Montse Zanini. Colaboranción: José María Gómez Samela. Asistente Técnica: Agustina Voss. Diseño Grafico: Grupo Ambaí. Técnico en Sonido e Iluminación: José María Gómez Samela. Idea y Creación: El Grupo Ambaí. Dirección: Montse Zanini.

El Grupo de Teatro Ambaí, recientemente cumplió 12 años de vida y esta conformado por jóvenes que representan a la provincia en diversos certámenes, eventos, festivales, atravesando las fronteras del teatro y llegando incluso a la televisión y el cine; como así también en trabajos de compromiso social, formación y educación.




| |

Ultimos cargados:

Seguidores:

Nos visitan de:

free counters
Related Posts with Thumbnails